Podría empezar diciendo que fui un desastre como persona, que es imposible poder soportarme. Podría continuar invitándote a que leas lo que escribo, a que leas lo que callo, a callar lo que chillo entre silencios. Irónico ¿verdad? Conociste mis demonios, incluso les invitabas a contar sus penas. Es inútil solucionar lo que no tiene solución. Mis demonios se fueron, no podían soportar tanto desastre, se agobiaban. ¿Y tú? Tú te has ido con ellos, y espero no verte volver. Espero que no llames a la puerta con lagrimas en los ojos. Ahora, tengo un ángel en el hombro derecho que me indica como sacar una sonrisa, por el momento todo va bien, pero ¿de que sirve? Solo finjo, finjo un poco más. Duele que dos personas conozcan los demonios de ambos y después de todo no sean capaces de mirarse hoy en día a la cara. Llore tanto por verte sonreír, por verte feliz, por no ver como llorabas por que las cosas no te iban bien. ¿Qué mas decir? ¿Qué mas chillar? Supongo que después de todo no hay vuelta atrás, no quiero que vuelvas. Era tu desastre o el mío. Elegí tener solo el mío y dejar que tu cargues sola con el tuyo.
jueves, 15 de mayo de 2014
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